Hace bastantes años
cerrar los ojos

era un tiempo perdido,

ahora los cierro
para vivirlo.



Sin duda,

la blancura de estas páginas
recuerdan cada detalle,

sobre ellas copio
lo que me dicta tu silencio.

domingo, 27 de junio de 2010

A VECES

A veces
cuánto cuesta cortar
ese cordón umbilical
que se enrosca como anaconda,

estrangulando
el momento por nacer,

( ese pequeñísimo fragmento de vida
que se roba a la muerte.)

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