Aún late ese niño
sobre ese mundo tan viejo
que mis pasos describen,
esa tibia mirada alada
que rompe el silbido del viento
cuando arrecia la tormenta
sobre esta inmadurez otoñal.
Aún mi inocencia no ha ardido
hasta la consumaciónde su propia ceniza.
Hace bastantes años
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.

Sin duda,
la blancura de estas páginas
recuerdan cada detalle,
sobre ellas copio
lo que me dicta tu silencio.
sábado, 21 de junio de 2008
INMADUREZ OTOÑAL
Etiquetas:
Inmadurez otoñal
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