La presencia de esa lágrima desllorada
disfrazando neciamente una verdad de tantas
aferrándose a ese estribillo de momentos
que están de más
que contaminan desde dentro
el lento balanceo de un pétalo.
Podemos distraernos con el humo de la visión,
con la corteza de las palabras
urdir un tejido inexistente,
nada cambiará ...
el recuerdo
aprende que la espera
no es más
que sombra acurrucada en la memoria.
Hace bastantes años
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.

Sin duda,
la blancura de estas páginas
recuerdan cada detalle,
sobre ellas copio
lo que me dicta tu silencio.
lunes, 27 de abril de 2009
LA SOMBRA DE LA MEMORIA
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La sombra de la memoria
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