Mi animal de costumbre
me identifica,
a veces
en mi propia ignorancia.
Lobo dentro de mi,
desconocido irracional,
me siento un ridículo extraño
ante este huésped delirante
que me agazapa a sus pies
y me enseña con dureza,
pero también me da,
la alegría
de no temerle.
Hace bastantes años
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.
cerrar los ojos
era un tiempo perdido,
ahora los cierro
para vivirlo.

Sin duda,
la blancura de estas páginas
recuerdan cada detalle,
sobre ellas copio
lo que me dicta tu silencio.
domingo, 14 de diciembre de 2008
ANIMAL DE COSTUMBRE
Etiquetas:
Animal de costumbre
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2 comentarios:
Cuánto más escarba uno en uno mismo, más avanza en acunar el miedo, aunque no sé si estarás de acuerdo conmigo, en lo difícil y arduo del camino, quiero decir a veces lo hacemos por exigencias del guión y retrasa la cosecha.
Un abrazo
Pepa Ortiz
Estoy de acuerdo contigo,puede incluso llegar a ser un buen compañero de viaje en este trayecto que llamamos vida,todo depende de la capacidad de uno mismo.
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